Nunca nos hemos conocido, pero apuesto que compartimos algo en común. Dos cosas, de hecho. La primera es que pasamos tiempo en diciembre armando una resolución para el nuevo año. La segunda es que ambos hemos fallado en la mayoría, si no es que en todas.
Has de este el año en que mantengas tu resolución. Aquel en el cual no solamente hables de las cosas que quieres alcanzar en la piscina, sino también en el cual cumplas tu palabra.
Con esto en mente, abajo hay una lista de ideas para ayudarte a crear esa resolución que vas a cumplir este año:
- No jalarse del carril. No podría ser más culpable en este punto. Me he cortado los dedos en varias ocasiones en carriles que están quebrados y filosos, y aún así, vuelvo por más. Aprenderé, tal vez, algún día. Pero probablemente no.
- Quejarse menos durante la práctica. Cada nadador tiene su propia expresión facial y comportamiento cuando están sumergidos hasta el cuello ante una serie dura. Algunos se enojan, algunos se precipitan de forma histérica, mientras otros simplemente maldicen al final de cada repetición. “Pensar positivo” no es solamente un cliché—la manera en que pensamos tiene un efecto real en cómo nos sentimos.
- Haz de este el año en el que no tengas lesiones. Las lesiones apestan, y las más apestosas son las crónicas. Las que sabes que van a llegar, las que siempre están esperando en aparecer cuando estás descansando o estirando. Opta por ser mas consistente con tu calentamiento y recuperación, y ve un paso más allá aprendiendo todo lo que puedas sobre las lesiones y así tendrás un mejor entendimiento de porqué ocurren y el cómo evitarlas.
- Ten el hábito de ser más agradecido. Es fácil crecer y desperdiciar el estilo de vida de un nadador competitivo, especialmente en los meses de invierno. Dos turnos al día, perderse actividades sociales, y las interminables series hipóxicas pueden hacer que no veamos las cosas por las cuales debemos estar agradecidos. Cada noche saca tu libro de entrenamiento/diario/cuaderno de secretos, y escribe un par de cosas por las cuales estás agradecido.
- Dormir más! Ahora, estoy seguro que esta es una resolución que muchos pueden cumplir. El sueño es un factor inmenso a la hora de ayudarte a recuperarte del entrenamiento, y bueno, es fácil! Sólo acuéstate y cierra los ojos. La parte difícil es encontrar el tiempo para hacerlo, y requiere del compromiso de irse a la cama un poco más temprano e ignorar el celular, tablet, Netflix o cualquier cosa que te quiera distraer.
- Fortalece el desbalance en tu estilo. Muchos nadadores sufren de desbalances en el estilo que son producto de tener un mayor dominio de la mano/brazo derecho o izquierdo en los movimientos. Cosas como la respiración bilateral, nadar con un snorkel, o hacer patada de lado sobre un brazo para mejorar la posición del cuerpo (mientras te acostumbras a nadar de ese lado) te puede ayudar en tener un mejor balance en el estilo.
- Deja de orinarte en la piscina. He tenido entrenadores en el pasado quienes no nos dejaban salir de la piscina a menos que nuestras caras estaban blancas y con la expresión de —“Tengo que ir al baño!”—no había manera en la que salgamos “solamente” a orinar. Así que entiendo que para muchos nadadores esta resolución será difícil de cumplir.
- Comienza y/o termina cada entrenamiento con un clavado perfecto. Si eres como yo, mi clavado al inicio de la práctica es —a) correr por el borde de la piscina y saltar al agua, o típicamente —b) caer casi de barriga. Como resultado nuestros clavados no tienen la atención que se requiera a menos que sean parte explícita del entrenamiento, o en días cercanos a competencias. Seguro, uno o dos saltos al día puede que no suenen mucho, pero la consistencia hará que esto sume con el tiempo, y porque haces pocos de ellos debería motivarte a concentrarte y hacerlos los más excelentes que puedas.
- Comienza a anotar tus entrenamientos. Tener un registro es un buen uso del tiempo. Obtienes información valiosa de tu entrenamiento, te provee de un poco de momentos terapéuticos y de reflexión, y también te da un registro de tu progresión, lo cual debería impulsarte y mantenerte motivado al salir de la piscina cada día.
- Cumple con todas tus prácticas matutinas. Aunque odiaba la parte de levantarse temprano, siempre disfruté de mis entrenamientos por la mañana. Raramente las prácticas en la mañana tenía asistencia del 100% del equipo, así que tenía mayor espacio en el carril. Además, es agradable nadar a esa hora del día. El resto del mundo duerme (incluyendo a la competencia, esperemos!) mientras tu golpeas esas series como si te debieran dinero.
- Cada día apoya a alguien menor del equipo. Lo creas o no, los pequeños te observan. En serio. Eres mayor, buena onda, y nadas en el grupo de los más rápidos. No necesitas tener un récord mundial para influenciar a los menores de tu equipo. Cada día dedica unos pocos minutos en trabajar con un menor del grupo. No sólo te recordará porqué te enamoraste de l natación, también te alegrará el día.
- Termina la vuelta en calma. Aparte del aspecto de recuperación de la vuelta en calma, siempre me pareció que una vez empiezas a hacer bien las cosas en las áreas del entrenamiento que parecen triviales se vuelve más fácil hacerlo bien en las partes principales. Deberías ser consistente en esto. Has las cosas como están establecidas, y recuerda que de la manera que haces algo es la manera en que haces todo.
- Trabaja en lo que no dejas de repetirte que apestas. Todos tenemos esos huecos en nuestro nado, esas debilidades que queremos evitar a toda costa. Nos repetimos que no tenemos tiempo, y no queremos trabajar en ello simplemente porque no nos gusta. Lo gracioso es que tenemos la tendencia que no nos guste lo que no hacemos bien, hasta el punto en que nos volvemos buenos en ello, y entonces nos gusta, y nos preguntamos cómo vivimos tanto tiempo sin eso en nuestras vidas. Ya sea tu respiración bilateral, tu patada de pecho, o tu partida de espalda, trabaja en ello hasta que esté en tu columna de fortalezas.
- Haz diez minutos de patada vertical extra después del entrenamiento. Quieres que tu patada subacuática sea de nivel competitivo? Toma unos minutos extras luego de la práctica para hacer patada vertical. Utiliza aletas para añadir algo de resistencia. Siendo consistente no deberías tardar mucho en ver resultados con esta pequeña inversión de tiempo.
- Lidera tu carril más seguido. No tengas miedo de hacerlo. Nadar en el medio del grupo, y a veces en la parte de atrás puede ser cómodo y seguro, pero no va a ayudarte a nadar más rápido. Dar el siguiente paso y tomar la responsabilidad de liderar el grupo significa que debes tomar mayor atención de las series (esto es bueno) contar las repeticiones y los metros, y la pequeña presión extra de saber que el resto del carril te está siguiendo por detrás harán que des tu mayor esfuerzo.
- Alinea tu estilo de vida con tus metas. Trabajas muy duro en la piscina, colocas a punto tu Ferrari de cuerpo de nadador con un sinnúmero de metros y concentración en el estilo, así que por qué lo haces más difícil tratando a tu cuerpo de la peor manera? Aliméntate adecuadamente, hidrátate y maneja el estrés diario de tu vida, te permitirás desempeñar al máximo de tu capacidad de manera consistente.
- Recompénsate. Celebrar las pequeñas victorias que marcan nuestros caminos hacen que se disfrute más del proceso. No necesitas esperar hasta bajar diez segundos en 200 combinado para reconocer que lo que estás haciendo es increíble. Cumpliste con todas las prácticas de la semana? Arriba esos cinco! Hiciste 5 patadas subacuáticas en cada vuelta de todo el entrenamiento? Booyeah! No hiciste 6 brazadas por piscina en las series de patada? Respeto eso! Celebra las victorias y date el gusto y verás que serás más ambicioso de obtener mejoras continuas.
Cuáles son tus resoluciones de año nuevo para este 2016? Déjame escucharlas en los comentarios de abajo.