David Popovici, quien con 16 años nadó la final de los Juegos Olímpicos Tokio 2020+1 en los 100 libre, ya con 17 se convirtió en doble campeón mundial en Budapest y fue plusmarquista mundial de los 100 libre (46.86) y pasó a ser el tercer nadador más rápido de la historia en los 200 (1:42.97).
Fukuoka 2023 fue justamente lo contrario para él.
Después de que sus 200 libre terminaran en agonía en el cuarto lugar, el fenómeno regresó a los 100 libre con el mismo sabor amargo al final (6° en 47.83). El plusmarquista mundial (46.86) se mostró vacío, pero aliviado de que “se acabó todo”. Ahora, solo quiere “tomarse un tiempo para sí mismo, aclarar su mente y reflexionar sobre este año tan ocupado y extraño”.
A los 18, Popovici todavía está en crecimiento. Durante el último año, su vida ha cambiado por completo. De desconocido, pasó a ser una estrella tras sus dos títulos en Budapest 2022. En Japón, se llevó todo el peso del contragolpe de un estatus no del todo digerido.
Claro que en junio, todavía estaba tomando sus exámenes finales. Quería hacer todo al mismo tiempo y tan rápido como su récord mundial. Falló pero entendió algunas cosas. “Tan pronto como golpeé la pared en los 200 m, me vino un pensamiento a la cabeza: tengo que entrenar mejor”, dijo el jueves después de sus 100 m y la no defensa de su título mundial. Necesito entrenar más y sobre todo ser más constante”.
Primer gran fracaso deportivo para el rumano, con mucho para aprender. Y con margen de cara a París 2024.