En pocos meses se cumplirán 4 años del mejor momento de Federico Grabich en toda su carrera: entre julio y agosto de 2015, el nadador argentino se consagró campeón de los 100 metros libre en los Juegos Panamericanos de Toronto y, más importante aún, se convirtió en el primer atleta de su país en conseguir una medalla mundialista en piscina larga, al ganar el bronce en la misma prueba del Mundial de Kazán, en Rusia.
Sin embargo, Grabich nunca pudo volver a ese nivel. Lejos de sus 48.11 de aquella final panamericana, su mejor marca personal y también récord nacional vigente en los 100 libre, el santafecino nacido en Casilda apenas se acercó con 48.78 en los Juegos de Río 2016 que igualmente no alcanzaron para avanzar a las semifinales. Tanto en 2017 como en 2018 sus tiempos estuvieron por encima de los 49 segundos.
Por eso, Grabich decidió hacer un cambio este año. En una apuesta personal, avalada por la Confederación Argentina De Deportes Acuáticos (CADDA) pero sin el apoyo económico suficiente para poder viajar con parte de su equipo de entrenamiento, el velocista ya se encuentra en Gold Coast, Australia, para seguir los pasos de Cameron McEvoy.
“Vine hasta acá porque en Argentina son meses complicados para preparar la temporada. Y especialmente me decidí a viajar para entrenar con el equipo de The Southport School, al lado del nadador de 100 libre más rápido de la historia, sin los polémicos trajes de baño”, explica Federico Grabich desde Australia, donde permanecerá hasta el 31 de marzo, pocos días antes del Campeonato Brasileño y del Campeonato Argentino, que en abril serán los torneos elegidos para hacer marcas mínimas para los Juegos Panamericanos y para los Juegos Olímpicos.
Cameron McEvoy tiene como mejor antecedente los 47.04 de abril de 2016, durante el Campeonato Australiano, un registro que representa el tiempo más rápido de los 100 metros libre en todo el mundo durante la última década, desde que en 2010 se prohibieron las mallas de poliuretano, con las que Cesar Cielo se adjudicó en 46.91 el récord mundial en Roma 2009. Además, el australiano de 24 años fue clave en la obtención de dos bronces olímpicos para su país en las postas cortas de Río 2016.
Curiosamente, McEvoy y Grabich compartieron aquel podio mundialista de 2015, con sendas medallas plateada y de bronce, detrás del chino Ning Zetao, el sorprendente campeón del mundo en Kazán. Hace pocos días, el asiático de 26 años decidió poner fin a su carrera luego de sufrir algunas lesiones y de protagonizar un duro enfrentamiento con la federación de su país.
En cambio, Federico Grabich, a punto de cumplir los 29 años, no duda de su futuro, al menos hasta 2020. Tras una nutrida carrera como espaldista, hace tiempo está dedicado a los 100 y los 200 metros libre, pruebas en las que todavía no pudo clasificarse con marcas A para Lima 2019. “Hoy apunto exclusivamente a esas dos pruebas”, ratifica el argentino. “El objetivo principal es hacer una buena marca en los Juegos Panamericanos, por el recuerdo de aquella medalla pero fundamentalmente para Tokio 2020, quiero llegar a Japón con mis mejores tiempos”. Si alcanza esa meta, Grabich estará nadando el año que viene en su tercer Juego Olímpico.