En este artículo hablaré, del proceso de aprendizaje de algunos de mis alumnos. Aplicando el método nsm, con el que trabajo siempre.
HISTORIA DE APRENDIZAJE
DE YOLANDA ( 44 )
Su relación con el agua no es grave. Vino al curso sabiendo nadar a espalda y crol ( más allá de que pudiera mejorar en algunos detalles esos estilos ) pero nadaba nerviosa en zona profunda. También se agobiaba bastante, al sumergirse.
Hemos establecido una serie de objetivos específicos, para resolver sus problemas, si no de miedo, si de gran desconfianza al nadar en la zona que cubre.
Proceso de aprendizaje: Decidimos que tenía que aprender a flotar de pie, a nadar mejor el estilo braza, a aprender a sumergirse trabajando con las respiraciones y a combinar las inmersiones con las flotaciones verticales.
Después de unos meses ya domina las 3 flotaciones verticales. La flotación vertical estática básica (FVEB), la flotación vertical estática avanzada (FVEA) y la flotación vertical dinámica (FVD).
Se sumerge con menos agobio ( la respiración era la clave ) y nada a braza razonablemente. Con el resultado final de que cuando nada en zona profunda ya lo hace tranquila. De esta manera ya puede disfrutar de la natación al máximo.
HISTORIA DE APRENDIZAJE
DE SONIA ( 53 )
Su historial con el agua es el siguiente: Se apuntó al curso, con la experiencia previa años atrás de ver a una persona apunto de ahogarse.
Se apuntó a un curso de natación sin ningún resultado.
Miedo inculcado por sus padres ( inconscientemente ) al no saber nadar.
Proceso de aprendizaje: Tenemos que aplicar nuestro método nsm desde lo más básico. Comenzando en zona poco profunda debe aprender a hacer respiraciones rítmicas, flotación ventral ( boca abajo ) autónoma, inmersiones básicas, etc.
Una vez aprendidas las respiraciones, tomó conciencia de lo que influyen en su flotabilidad, al llevar a cabo unos ejercicios sencillos de inmersión ( en zona poco profunda ). Pasamos al objetivo de la flotación autónoma ( flotar sin apoyos ni ayudas ) tanto ventral ( boca abajo ) como dorsal ( boca arriba ).
Le ha costado bastante soltarse del bordillo pero, finalmente, lo ha logrado. Hay que decir que la fase de la flotación autónoma es una de las más importantes, y de las más difíciles en todo el proceso de aprendizaje, para quitarse el miedo al agua y aprender a nadar.
Uno de los miedos más típicos y más intensos y, por tanto, más difíciles es el miedo a flotar.
La sensación que tienen es de “estar en el aire” como “flotando en el aire” sin referencias, todo muy etéreo y , sobre todo, la extraña sensación de no tener nada “sólido” a su alrededor en lo que poder sujetarse o apoyarse. Estas sensaciones les producen un gran desasosiego y una gran nerviosismo, y como resultado de todo ello, aparece un elevado miedo a flotar.
Aunque están en zona donde pueden hacer pie, no resisten el efecto que les produce la sensación de flotación de su cuerpo, por lo que no se atreven a flotar, sino es sujetándose a algo.
Tras dos de meses en los que tuvo que apoyarse en el bordillo, algunas veces, y otras con mi ayuda desde dentro del agua, sujetándola e intentando darle confianza, Sonia consiguió flotar. Sola. Sin apoyos ni ayudas. Le ha costado bastante pero lo ha conseguido. Cada persona necesita su tiempo ( unos meses, unas semanas o unas pocas clases ) depende del grado de intensidad de miedo que tenga.
Ahora ya está dando su primeras brazadas de forma básica. Aprendiendo a nadar hacia atrás, con brazadas inversas, y dando sus primeras brazadas a crol.
HISTORIA DE APRENDIZAJE
DE LAURA ( 47 )
Tuvo un susto de ahogamiento en piscina, en su juventud, jugando con sus amigos. Posteriormente, no volvió más a una piscina, hasta ahora.
Proceso de aprendizaje: Aplicando nuestro método desde la primera clase aprendió a sumergir la cabeza y a respirar.
Las inmersiones básicas le costaron un poco, pero enseguida pudimos pasar a las flotaciones.
Las flotación ventral ( boca abajo ), de nuevo, marca un punto de inflexión junto con la flotación dorsal ( boca arriba ). En general, flotar boca arriba da más miedo que boca abajo. Pero, con la ayuda del profesor dentro del agua, mostrándolas él mismo, y más tarde ayudando al alumno sujetándole, etc. flotar boca arriba no se hace tan difícil.
Maite ya está dando sus primeras brazadas a crol , estilo combinado , espalda básica, haciendo giros, flotando de pie en zona poco profunda, etc.
HISTORIA DE APRENDIZAJE
DE ANTONIO ( 67 )
No le tiene miedo al agua pero se pone nervioso en zona profunda. Quiere aprender a nadar tranquilo.
Ha pasado por otros cursos, y parece que no ha salido muy contento. Se queja de que no ve un cierto orden en los ejercicios ( algunas veces sin sentido, según él ), no le corrigen, percibe que el instructor improvisa demasiado, no hay un orden en los ejercicios. No hay un método de trabajo. Le han enseñado a nadar con aletas, palas, tablas, etc., pero no le han enseñado lo más básico, como por ejemplo, flotar. No obstante, sabe nadar.
Proceso de aprendizaje: Con estos antecedentes, le proponemos empezar de cero para poder detectar posibles lagunas en las enseñanzas que recibió en otros cursos.
Efectivamente, necesitaba reforzar algunas cosas ( como las respiraciones ), tener claros algunos conceptos básicos ( por qué flotamos ), saber el para qué de algunos ejercicios ( las inmersiones ), incluir algunas habilidades acuáticas, etc.
Antonio ya está nadando en zona profunda ( sin aletas, sin palas ) mejorando bastante su confianza.
PROCESO DE APRENDIZAJE
DE ANA ( 38 )
Tenía mucho miedo a meter la cabeza en el agua. Ni siquiera es capaz de meter la cabeza debajo de la ducha.
Proceso de aprendizaje: Con las indicaciones oportunas y transmitiendo confianza y calma, lo consiguió. Aprendió a meter la cabeza en el agua y a respirar. El miedo a introducir la cabeza en el agua es muy típico. Incluso, algunas personas cierran los ojos al meter la cabeza dentro del agua. Unos necesitan mucho tiempo otros necesitan poco, depende del grado de miedo que tenga cada persona.
En este caso, lo importante a destacar es la paciencia y la perseverancia de las personas con miedo al agua, por querer superar su miedo y aprender todo lo que haga falta para disfrutar del agua. También saben que estarán siempre apoyadas por un instructor de natación experimentado que trabaja con un método probado, el método nsm, aportando soluciones para cada caso.