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La natación argentina pide volver al agua cuanto antes

Este miércoles 20 de mayo se cumplen dos meses de cuarentena obligatoria en la Argentina por la pandemia de coronavirus. En todo este tiempo, los nadadores de la selección nacional, que se preparaban para disputar a fines de marzo el Campeonato Sudamericano en Buenos Aires, no pudieron ni tocar el agua, sin piletas habilitadas para el deporte de alto rendimiento.

La Confederación Argentina De Deportes Acuáticos (CADDA) ya presentó semanas atrás un protocolo que permita la reapertura de las piscinas olímpicas con turnos limitados, sólo para los nadadores de elite y con todas las precauciones sanitarias del caso. Sin embargo, las autoridades políticas del deporte argentino siguen estudiando los casos y no ceden ante la restricción general.

No hay fecha concreta para la vuelta de ningún deporte. Vamos a empezar a trabajar en protocolos. Estamos pensando en entrenamientos de 5 o 6 personas que ni siquiera compartan vestuario“, anunció hace una semana el ministro de Turismo y Deporte de la Argentina, Matías Lammens, en declaraciones radiales citadas por la agencia de noticias local Télam.

En las últimas horas, el Comité Olímpico Argentino (COA) y el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard), que financia parte de la logística del deporte en el país, prometieron mediar ante el Ministerio de Salud para otorgar un permiso especial de entrenamiento a los atletas ya clasificados a Tokio 2020.

La primera nadadora argentina en conseguir el boleto a la capital japonesa fue Delfina Pignatiello. “Para nosotros ir a la pileta es menos peligroso que ir al supermercado“, explicó en una entrevista la tricampeona panamericana desde las afueras de Buenos Aires, el conglomerado urbano que concentra un 73% de infectados por coronavirus, sobre un total 393 muertes registradas en el país.

Lamentablemente se nos pone en la misma bolsa que a cualquiera que vaya a hacer pileta libre a nadar, y nosotros somos atletas de elite que necesitamos entrenar para un Juego Olímpico. Ojalá se nos tenga en cuenta, se apruebe rápido esto, porque en natación es imposible entrenar sin estar tanto tiempo dentro del agua“.

Para Pignatiello, dueña de los récords sudamericanos de 800 y 1500 libre, la desventaja con el resto de las atletas que en su mayoría siguieron nadando durante este tiempo podría perjudicarla hacia el gran objetivo que se había trazado para Tokio 2020, su primer Juego Olímpico.

Los otros dos argentinos clasificados a la cita olímpica viven realidades distintas, aunque también estuvieron afectados al confinamiento: Santiago Grassi, volviendo a nadar en una pileta municipal en Auburn, Estados Unidos; y Julia Sebastian, en busca de alguna piscina habilitada en Belo Horizonte, Brasil.

Si el panorama es incierto para aquellos que ya tienen su lugar asegurado en los próximos Juegos Olímpicos, los nadadores argentinos que todavía necesitan marcas clasificatorias para Tokio 2020 ven cada vez más lejos el viaje a Japón.

Federico Grabich, dos veces olímpico y medallista mundial en 2015, también superó los 60 días sin nadar en Rosario, otra de las grandes ciudades argentinas, donde los casos de coronavirus son mucho más aislados. “Estoy tratando de conseguir un permiso para que el gobierno provincial (en Santa Fe) nos permita entrenar, como grupo de prioridad dentro del deporte, viendo una posible clasificación a Tokio“, se ilusiona, en diálogo con SwimSwam, después de una interrupción inédita para su carrera.

Dos meses es un abismo, se pierde toda la sensibilidad que uno venía acumulando. El contacto con el agua diez turnos por semana es muchísimo trabajo físico que no se reemplaza con gimnasio. Hay músculos que sólo trabajo cuando estoy nadando, la movilidad de la cadera y de los hombros, todo eso se pierde y va a costar recuperarlo, lleva su tiempo.” Y es contundente sobre el futuro: “Yo creo que hasta marzo del año que viene no vamos a poder competir en buen nivel“.

El entrenador nacional Gustavo Roldán coincide en los tiempos de recuperación y aguarda por una respuesta oficial. “Para la natación esto es gravísimo. Nunca estuvimos 8 semanas parados. Es el único deporte que no puede adaptarse a otro escenario, nosotros sí o sí tenemos que estar dentro del agua. Presentamos los protocolos pero hay miedo de ponerlos en marcha“, confiesa ante la consulta de SwimSwam.

A la hora de medir los efectos que podría provocar esta situación, Roldán no duda: “Todo el rendimiento del año que viene está condicionado a estos meses, por eso la desesperación. El parate perjudica a los nadadores clasificados a Tokio 2020, porque no van a llegar a competir como esperaban. Pero también a aquellos que se estaban entrenando para conseguir la clasificación, porque no dan los tiempos para alcanzar una marca A de la FINA con tan pocos meses de entrenamiento.

El reclamo argentino se basa en los protocolos vigentes en otros países. Con las diferencias de cada caso, desde que la pandemia forzó el aplazamiento de los Juegos Olímpicos, los nadadores de China, Rusia y Hungría, entre otros, siguieron trabajando a puertas cerradas. Mientras que aquellos que vieron interrumpidos sus planes de entrenamiento en Estados Unidos, Italia, Países Bajos, Alemania Suecia, Portugal, Israel y Japón ya retomaron su rutina.

Esta semana, España reabrió los centros de alto rendimiento para sus atletas, después de dos meses de confinamiento. Y también se acaban de reanudar las prácticas en Australia y Nueva Zelanda. En Sudamérica, al margen de algunos estados brasileños que ya fueron habilitados para la reapertura, el único caso de nadadores con acceso a las piscinas es el de Paraguay, que actualmente cuenta con más de 800 casos positivos de COVID-19.

En Argentina ya hay otras actividades más riesgosas que están habilitadas. Y el deportista que puede entrenarse en una pileta, con el protocolo de cuidados correspondiente, no puede hacerlo“, concluye el director técnico nacional de la CADDA.

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About Braden Keith

Braden Keith

Braden Keith is the Editor-in-Chief and a co-founder/co-owner of SwimSwam.com. He first got his feet wet by building The Swimmers' Circle beginning in January 2010, and now comes to SwimSwam to use that experience and help build a new leader in the sport of swimming. Aside from his life on the InterWet, …

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